El agua horada la piedra, el viento dispersa el agua, la piedra detiene al viento. Agua, viento, piedra. El viento esculpe la piedra, la piedra es copa del agua, el agua escapa y es viento. Piedra, viento, agua. El viento en sus giros canta, el agua al andar murmura, la piedra inmóvil se calla. Viento, agua, piedra. Uno es otro y es ninguno: entre sus nombres vacíos pasan y se desvanecen agua, piedra, viento.
Octavio Paz
sexta-feira, 4 de abril de 2008
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